(CNN) — A sus 60 años, Arnold Blaine solo ha conocido dos personas que han tenido una pistola: a un cazador y al propietario de un club nocturno.
“Ni siquiera tenemos tiendas donde vendan armas”, dice el propietario de un negocio, originario de Windsor, Ontario.
La falta de pistolas es uno de los tres factores que la policía de la ciudad, al otro lado del río de Detroit, menciona con relación a la baja tasa de homicidios. El promedio en 25 años es de 5.24 por año.
La gente de la ciudad de cerca de 215,000 habitantes tiene un dicho, comentó el viernes por la tarde Blaine: “En Windsor, cuando asaltan un 7-Eleven, normalmente lo hacen con un cuchillo. En Detroit, lo hacen con un Uzi”.
No es que no exista el crimen en Windsor, una ciudad industrial que ha visto sus propios desafíos económicos. "No somos diferentes a cualquier otra área metropolitana", dijo el sargento Corey.
La ciudad se ha centrado en delitos violentos y en operaciones relacionadas con las drogas, comentó.
Todos los días, estadounidenses y canadienses cruzan el Puente Embajador sobre el Río Detroit, el cruce fronterizo más transitado entre ambos países.
Mientras que los criminales lo utilizan para llevar drogas o armas, la mayoría de las personas lo cruzan para trabajar, esparcimiento u otras razones.