El alivio de las sanciones obliga a Cuba a adaptarse con rapidez al nuevo escenario
La Habana |
(EFE).- Las medidas adoptadas por Estados Unidos que suavizan restricciones al comercio y los viajes a Cuba entran hoy en vigor e imponen a la isla el reto de adaptarse con rapidez a este nuevo escenario, marcado por la llegada de visitantes estadounidenses y de divisas que engrosen su economía.
A partir de hoy se autorizan intercambios comerciales de bienes básicos, material de construcción, equipos de telecomunicaciones o maquinaria agrícola; además de facilitar transacciones bancarias hasta ahora prohibidas y ampliar el límite para el envío de remesas, de 500 dólares a 2.000 dólares por trimestre.
"Con estos cambios el Estado cubano va a tener más liquidez a corto plazo. Ahora le toca anunciar medidas para que eso se traduzca en mejoras para la población cubana y aumentar su poder adquisitivo", dijo a Efe el economista del Centro Cubano de Estudios Económicos, Omar Everleny.
Con el alivio de estas sanciones, prometidas por el presidente estadounidense, Barack Obama, el pasado 17 de diciembre y materializadas menos de un mes después, Estados Unidos está demostrando "seriedad" y "sinceridad" en esta nueva etapa de deshielo diplomático y "ponen la pelota en el tejado de Cuba", según Everleny.
"Mi impresión es que Estados Unidos quiere llegar a la Cumbre de las Américas (abril de 2015) con cosas sólidas y por eso todo se está produciendo tan rápido", señaló.
Para el analista, "es muy positivo" que los dos países inicien el diálogo para normalizar relaciones la próxima semana en La Habana, con "hechos concretos" que muestran la "voluntad" de ambas partes por cumplir sus compromisos, ya que Cuba también ha completado la liberación de 53 presos políticos que solicitó Washington.
Sobre la nueva coyuntura económica que se presenta en la isla, el analista afirmó que los primeros que notarán el cambio serán los trabajadores por cuenta propia vinculados al turismo, como restaurantes o establecimientos hoteleros, ante el previsible aumento de visitantes estadounidenses.
Es el caso del restaurante La Guarida, parada habitual de turistas internacionales en La Habana, que espera un "incremento considerable" de clientes estadounidenses, cada vez más frecuentes en la isla desde que Obama flexibilizó en 2011 los viajes a Cuba por motivos académicos, culturales y religiosos.
"Son clientes exigentes, pero también muy agradecimos si reciben el trato y la calidad que esperan", dijo a Efe Enrique Núñez, el propietario de La Guarida, escenario donde se rodó la película "Fresa y Chocolate" (1993).
Por ello, Núñez indicó que, para el sector privado de la isla, y en concreto para la hostelería, se abren "expectativas" pero también "desafíos", ya que ahora "hay que adaptarse a la velocidad necesaria a este nuevo escenario" .
"Hasta ahora el aumento de la demanda no siempre se ha traducido en un incremento de la oferta de calidad por los problemas de abastecimiento", indicó Núñez, quien apostó por la apertura de "mercados mayoristas" que suministren los negocios del sector privado, uno de los motores de las reformas económicos en la isla.
Para las empresas extranjeras asentadas en la isla también se abre hoy una nueva etapa de oportunidades con estos cambios, que "se están produciendo más rápido de lo esperado", admitió el presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC), Xulio Fontecha.
"Hoy mismo hemos convocado una junta extraordinaria para analizar esta nueva situación", indicó.
Según Fontecha, las primeras empresas de la asociación -la única de su tipo legal en Cuba- que se van a beneficiar de estas medidas que alivian las sanciones sobre la isla son "las entidades financieras y las cadenas hoteleras".
"Las medidas que entran hoy en vigor implican en definitiva mayor liquidez financiera con la entrada de remesas y más visitantes", indicó.
Para Fontecha, la llegada de estadounidenses a Cuba es "importantísima" porque es un visitante "que maneja dinero y viaja con la mente abierta", algo que abre "oportunidades de negocio" para las cadenas hoteleras españolas.
"Tienen que correr para aprovechar la situación privilegiada que tienen en Cuba", aseveró.
Con una capacidad 60.000 habitaciones, la infraestructura hotelera de Cuba tiene que prepararse para cuando Estados Unidos autorice los viajes por turismo, ya que si se cumplen los pronósticos de algunos analistas, el primer año podrían entrar hasta 3 millones de turistas estadounidenses, tantos como el total que Cuba recibió en 2014.
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