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terça-feira, 29 de dezembro de 2015

Yoani Sánches / Fracasó el matrimonio entre Venezuela y el chavismo...



Fracasó el matrimonio entre Venezuela y el chavismo

Esta vez no resultaron ni los engaños, ni el miedo. Como una mujer largamente amenazada por el marido abusador, Venezuela le ha dado un portazo al chavismo y lo ha hecho con determinación. A partir de ahora, para Nicolás Maduro será un calvario gobernar. Con un partido en absoluta desventaja en el parlamento, al sucesor de Hugo Chávez sólo le queda violar sus propias leyes para imponer la voluntad presidencial.
El pueblo, ese mismo pueblo que el presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) invoca desde la tribuna para justificar sus tropelías, ha dicho no al socialismo del siglo XXI y al proyecto de país promovido por el oficialismo. Una negativa rotunda contra una fuerza política bajo cuya gestión la nación sudamericana se ha hundido en la inseguridad, la escasez, la corrupción y la más insostenible polarización.
El hartazgo llegó. La gente se cansó de tanto discurso crispado, del miedo en las calles, de la emigración constante de los jóvenes y de una inestabilidad que lo roe todo y que en el último año se ha agravado. Los electores también han penalizado con sus votos a un partido que no ha sabido gobernar para todos, sino sólo para una parte de la sociedad, a la que ha azuzado sistemáticamente contra quienes piensan diferente.
Con la herramienta de las urnas en sus manos, los venezolanos han impulsado un cambio de manera pacífica, sin pisar la trampa de la violencia
Con la herramienta de las urnas en sus manos, los venezolanos han impulsado un cambio de manera pacífica, sin pisar la trampa de la violencia ni emprender una revolución armada. Maduro ha recogido así los frutos de su pésima gestión. Sus declaraciones previas a los comicios, entre las que incluyó la amenaza de luchar desde las calles si su partido era derrotado, sólo le agregaron determinación a una decisión social que ya estaba tomada. Con sus palabras, terminó cavando la tumba de su propio ejecutivo.
Porque hay un momento en que el abusado se percata de que el abusador sólo es otro ser humano frágil, al que se le puede derrotar. Ese instante llegó para la población venezolana este 6 de diciembre, al demostrar con su voto que el chavismo no es eterno ni popular. Lo ocurrido confirma la pérdida de ese temor que un autoritarismo de 17 años había impregnado al país, esa enfermiza relación de dependencia y miedo con la que quiso mantener paralizados a sus ciudadanos.
Los resultados electorales también van contra la Plaza de la Revolución de La Habana. En los oscuros entresijos de ese poder que lleva más de cinco décadas sin convocar elecciones, se moldeó la figura de Hugo Chávez y se intentó hacer lo mismo con Nicolás Maduro. Pero les ha salido mal la jugada, porque se toparon con una población que ha reaccionado, una oposición que ha sabido unirse a pesar de las diferencias y una comunidad internacional que cerró filas en las críticas contra los métodos del PSUV.
El eje financiado desde Miraflores y simbolizado por la bravuconería política de Chávez y la mediocre prepotencia del actual presidente, empieza a desarmarse. Venezuela ya ve la salida y acarrea tras de sí a una isla que aún no se atreve a parar el golpe de un Gobierno abusador, cerrarle la puerta y dejarlo fuera del futuro nacional

quarta-feira, 17 de outubro de 2012

Yoani Sánchez, a blogueira cubana, tem esperança de poder viajar a partir de 14 de janeiro de 2013


            Reforma migratoria: alegrarse o conformarse

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A mi maleta se le gastaron las rueditas en cinco años de trasegar por la casa de una esquina a otra. La ropa interior que estaba guardada en el pequeño neceser perdió la tensión de los elásticos y el color se le desvaneció. Los boletos de avión que nunca utilicé se vencieron, después de posponerlos una y otra vez, para terminar en la basura. Mis amigos me despidieron en tantas ocasiones y en tantas ocasiones no me fui, que el adiós se volvió rutina. El gato hizo suyo aquel bolso de mano que jamás logró entrar en un avión y la perra mordisqueó los zapatos destinados a una gira que no pude emprender. La estampa de una “Virgen del buen Viaje”, que me regaló un amigo, tampoco resistió la prueba del tiempo y hasta el brillo de los ojos se le apagó.
Después de cinco años de exigir mi derecho a viajar fuera del país, hoy me he despertado con la noticia de un reforma migratoria. La primera impresión fue gritar un ¡hurra! en medio de la madrugada, pero a medida que avanzaba el día me percaté de las deficiencias de la nueva ley. Finalmente, ha quedado erradicado el oprobioso Permiso de Salida y la también ultrajante carta de invitación que necesitábamos para salir de nuestro propio país. Sin embargo, ahora en la propia confección y validación del pasaporte se definirá quiénes lograran franquear las fronteras nacionales y quiénes no. Aunque los costos de los trámites se abaratan e imagino que el tiempo de duración se acorta, esta no es la nueva ley de migración que estábamos aguardando. Demasiado limitada, demasiado estrecha. Pero al menos ha quedado por escrito una legalidad a partir de la cual ahora empezaremos a exigir, protestar, denunciar.
En mi caso, voy a creer –hasta el 14 de enero de 2013- que no estoy en ninguna “lista negra” y que los filtros ideológicos para salir han llegado a su fin. Rellenaré la solicitud para un nuevo pasaporte y aguardaré con esa dosis de ingenuidad que necesito para sobrevivir, para no convertirme en una apática. Allí estaré cuando abran las oficinas para decidir cuáles cubanos lograran abordar un vuelo y cuáles seguirán bajo el “encierro insular”. Y mi maleta irá a mi lado, con la ropa interior  desvaída, los zapatos que nunca estrené, y una estampa pálida de María que ya no sabe si se va o si regresa, si hay motivos para alegrarse o para conformarse.

terça-feira, 24 de julho de 2012

Yoany Sánchez // Descanse en Libertad, Oswaldo Paya

Descanse en libertad, Oswaldo Payá

Oswaldo Payá (1952 - 2012)
Oswaldo Payá (1952 - 2012)
Nadie debería morir antes de alcanzar sus sueños de libertad. Con el fallecimiento de Oswaldo Payá (1952 – 2012), Cuba ha sufrido una dramática pérdida en su presente y una insustituible ausencia en su futuro. Ayer domingo no sólo dejó de respirar un hombre ejemplar, padre amoroso y católico ferviente, sino también un ciudadano imprescindible para nuestra nación. Su tenacidad asomaba desde que era un adolescente, cuando prefirió no esconder los escapularios –como hicieron tantos- y en lugar de eso sostuvo públicamente su fe. En 1988 su responsabilidad cívica fraguó en la fundación del Movimiento Cristiano Liberación y años después en la iniciativa conocida como Proyecto Varela.
Recuerdo –como si fuera hoy- la imagen de Payá a las afueras de la Asamblea Nacional del Poder Popular aquel 10 de marzo de 2002. Las cajas cargadas con más de 10 mil firmas sobre sus brazos, mientras las entregaba al tristemente célebre parlamento cubano. La respuesta oficial sería una reforma legal, una patética “momificación constitucional” que nos ataría de forma “irrevocable” al actual sistema. Pero el disidente de mil y una batallas no se dejó amilanar y dos años después él y otro grupo de activistas presentaron 14 mil rubricas más. Exigían con ellas la convocatoria a un referendo para permitir la libertad de asociación, de expresión, de prensa, las garantías económicas y una amnistía que liberara a los presos políticos. Con la desproporción que lo caracterizaba, el gobierno de Fidel Castro contestó con los encarcelamientos de la Primavera Negra de 2003. Más de 40 miembros del Movimiento Cristiano Liberación fueron condenados en aquel marzo aciago.
Aunque no fue detenido en aquella ocasión, Payá padeció durante años la vigilancia constante sobre su casa, los arrestos arbitrarios, los mítines de repudio y las amenazas. Nunca desaprovechó un minuto para denunciar la situación penitenciaria del algún disidente, ni la condena injusta de otros. Jamás lo vi descomponerse, gritar, ni insultar a sus contrincantes políticos. La gran lección que nos deja es la ecuanimidad, el pacifismo, la ética por encima de las diferencias, la convicción de que a través de la acción cívica y de la propia legalidad la Cuba inclusiva nos queda más cerca. Descanse en paz, o mejor aún, descanse en libertad.

quarta-feira, 4 de abril de 2012

Generación Y / Yoany Sánchez

Bata blanca

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Guanajay tiene un parque central que parece de un pueblo más grande y una glorieta con la majestad de toda una capital. Justo allí, durante 28 días estuvo Jeovany Jiménez en huelga de hambre reclamando su derecho a volver a ejercer como médico. Había sido inhabilitado de esa profesión desde 2006 cuando protestó por un menguado aumento salarial al personal de la salud pública. Se quejó de los escasos 48 pesos cubanos (2 USD), sumados –con bombo y platillo- al sueldo de cirujanos, anestesistas, enfermeras y otros profesionales del sector. Junto a la medida administrativa que se le aplicó, fue separado también del Partido Comunista donde militaba. A finales de 2010 y ante la ausencia de respuestas institucionales a sus reclamos, se abrió el blog Ciudadano Cero en la plataforma Voces Cubanas.
Después de enviar al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) una veintena de cartas durante estos más de cinco años, el proscrito Dr. Jiménez recurrió a una desesperada estrategia, dejar de ingerir alimentos hasta que lo rehabilitaran en su puesto. En medio de la tristeza de sus amigos y la curiosidad de los transeúntes que pasaban por el parque de Guanajay, comenzó a perder kilogramos y esperanzas. Desde el 5 de marzo pasado se negó a comer y sólo se avistaban dos opciones: que tuviera que abandonar la huelga sin alcanzar sus reclamos o que terminara en un ataúd. El más increíble de los escenarios era que lo reivindicaran legalmente como médico, dada la terquedad de las instituciones a la hora de rectificar una injusticia. Y sin embargo, sucedió el milagro.
Ayer domingo, dos funcionarios del MINSAP le llevaron a Jeovany Jiménez la resolución 185 donde se le permite volver a trabajar en su profesión. Incluso le van a reintegrar el monto salarial que dejaron de pagarle en estos seis años de desempleo. Para alcanzar este “final feliz” el Dr. Jiménez tuvo como arma principal su tenacidad, esa constancia que muchos de sus conocidos ya catalogaban casi como una obsesión. Esta protesta que no tuvo cariz político sino laboral, contó con la magnífica herramienta de Internet para darle visibilidad y también los micrófonos de periodistas, emisoras radiales y televisoras extranjeras que arrojaron luz sobre tan desproporcionado castigo administrativo. Pero el toque final lo dio su propio cuerpo. Ese cuerpo que el juró cuidar en los otros y que puso en riego en sí mismo para que le devolvieran el derecho a sanar. Un médico que haya luchado así por retornar a la consulta, al estetoscopio sobre el pecho, a la bata blanquísima y a la letra apretada de las recetas, se merece más, se merece un diploma de oro.

terça-feira, 27 de março de 2012

El viento, las ovejas y el Pastor / Yoany Sánchez

El viento, las ovejas y el Pastor

Imagen tomada de www.elheraldo.hn/
Imagen tomada de www.elheraldo.hn/
En aquel enero de 1998, al finalizar la misa de Juan Pablo II en la Plaza de la Revolución, un viento fresco recorrió la amplísima explanada. Mi hijo iba sentado sobre los hombros de su padre y la brisa le arremolinó la cabellera. El Papa ya había terminado la homilía, pero aún así retomó el micrófono y dedicó varias palabras en latín a aquella juguetona racha que nos despeinaba a todos. “Spiritus spirat ubi vult et vult Cubam” sentenció. Regresamos a casa un rato después, apretujados entre miles de personas vestidas de blanco y amarillo. Desde entonces, tengo la sensación de que el vendaval no ha parado de batir sobre nosotros, de que aquella ráfaga ha pasado a recorrer la Isla, a sacudir todas nuestras vidas.
Todavía Benedicto XVI no ha llegado a Cuba y ya parte de ese torbellino nos está agitando. Entre los fieles católicos se percibe júbilo por la visita papal y expectativas de que ésta contribuya a ampliar el papel de la Iglesia en nuestra sociedad. Para quienes tuvieron que mantener los crucifijos escondidos durante décadas por temor al ateísmo radical, resulta un alivio la paulatina eliminación de la intolerancia religiosa. Que ya se logren transmitir misas por la televisión oficial y se permitan procesiones en las calles portando la imagen de la virgen de la Caridad, les parece a muchos suficiente terreno ganado. Sin embargo, a cada minuto alcanzado por la jerarquía eclesial en los medios masivos y a cada palabra intercambiada en la mesa de negociación con el gobierno, le ha correspondido también su porción de pérdida y de descalabro. Porque, no nos engañemos, la clandestinidad de las catacumbas es más coherente con el discurso de Cristo que la cómoda cercanía al trono.
A menos de 24 horas de que el Papa llegue a Cuba, ya el guión de su estancia entre nosotros está escrito y no precisamente por la comitiva del Vaticano. El gobierno raulista ha emprendido una “limpieza ideológica” para evitar que activistas, disidentes, opositores, periodistas independientes, bloggers alternativos y otros inconformes lleguen hasta las plazas donde Su Santidad hablará. Amenazas de no salir de casa, operativos desproporcionados, arrestos, teléfonos cortados, gente deportada desde el Oriente del país para impedirle estar en la Plaza Antonio Maceo el próximo lunes. Una razzia de intransigencia que recuerda aquellos tiempos de escapularios arrancados y sotanas escupidas por los fanáticos hijos de una revolución que se declaró materialista y dialéctica. Es cierto que ya no se persiguen los rosarios, pero se continúan acosando las opiniones. Ahora, tener un cuadro con el Sagrado Corazón de Jesús no le cuesta el puesto de trabajo a nadie, pero creer que una Cuba libre es posible le hará sufrir la estigmatización y el calvario. Ya podemos rezar en voz alta, pero criticar al gobierno sigue siendo pecado, blasfemia.
En las manos y en la voz de Benedicto XVI queda ahora la elección de si se deja secuestrar la visita por las intenciones de un partido que sigue teniendo como doctrina el marxismo leninismo. En sus ojos está la capacidad de darse cuenta que entre los fieles reunidos en las plazas faltan numerosas ovejas del rebaño cubano que han sido impedidas de llegar hasta las cercanías de su báculo. En sus oídos está la decisión de escuchar otras voces más allá de las oficiales o de las estrictamente pastorales. Con esa sabiduría milenaria que la Iglesia evoca ante cada obstáculo, el Papa debe saber que en esta visita se decide parte de la presencia y de la influencia de la fe católica en el futuro nacional. En sus manos, en su voz, en sus oídos, queda entonces el confirmarnos que comprende lo trascendental del momento.
Quizás ocurra  que un viento juguetón se escape del control, se burle de la policía política e irrumpa sobre la multitud. Un brisa libre en un país amordazado que lleve hasta los mismísimos tímpanos papales esas vibraciones, esas frases que sólo podemos susurrar en voz baja.

quarta-feira, 21 de março de 2012

?Señales? / Yoany Sánchez / Desde Cuba

¿Señales?

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Se derrumba la escalera de un edificio en la misma esquina donde se declaró el carácter socialista de la revolución. Un grupo de trece personas desesperadas ocupa la Iglesia de la Caridad en Centro Habana y son sacadas a la fuerza durante la madrugada. La televisión muestra un reportaje sobre los puentes vandalizados por gente que los desmonta para construirse casas. El arzobispado publica una nota en el periódico del Partido Comunista, con un tono que emula al de los editoriales oficiales. La papa sigue apareciendo sólo esporádicamente en las tarimas de los agromercados y aumenta su precio en las redes ilegales. Un músico de hip hop es detenido por protestar contra el trato escolar dado a su hijo y se lleva una foto de Camilo Cienfuegos de la entrada del colegio. El Cardenal hace una alocución en el horario estelar de la programación, en la misma fecha que 55 años antes un joven entraba a la fuerza en una emisora radial.
Hugo Chávez pasa el postoperatorio en Cuba rodeado de secretismo y rumores de una vuelta al Período Especial. Se presenta libro de Fidel Castro con intelectuales latinoamericanos, gastándose en sus miles de ejemplares el papel destinado a la producción anual de toda una editorial. Un médico se declara en huelga de hambre para que le restituyan su derecho a curar pacientes. La “ciberguerra” llega a paroxismos increíbles y maneja las redes sociales sólo como arma de lucha o como enemigo a derrotar. Un hombre con un teléfono móvil filma un incendio y después la policía le confisca el aparato por mostrar “el lado feo de las cosas”. En medio de la batalla informativa contra el secretismo, una periodista arremete contra quienes compran enormes cantidades de galletas y pastas para revenderlas. El invierno le dice adiós a La Habana sin apenas habernos dejado sacar los abrigos. Se anuncia que un cocodrilo exportado ilegalmente regresará a nuestra Isla desde Italia en la misma comitiva donde viajará el Papa.
Y yo me pregunto: ¿Todas estas señales, estos sucesos, son indicios de final o de principio? ¿Nos estamos volviendo todos locos o es sólo ahora que hemos alcanzando la cordura?

sábado, 10 de março de 2012

Con clítoris y con derechos / Yoany Sánchez

              Con clítoris y con derechos

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A veces con buenas intenciones –otras con no tan buenas- alguien intenta acallar mis quejas sobre el machismo en mi país diciéndome: “Las cubanas no la pasan tan mal… peor están quienes habitan en algunas naciones africanas donde las someten a la ablación”. El golpe argumental es bajo, me duele en la ingle, me deja conectada al grito de una adolescente indefensa, mutilada y entregada por su propia familia a ese suplicio. Pero los derechos de las mujeres no deben reducirse solamente a poder mantener la integridad física y a defender su capacidad biológica para experimentar placer. El clítoris no es lo único que podemos perder, hay una larga lista de posibilidades sociales, económicas y políticas que también nos son arrebatadas.
Como vivo en una país donde los caminos de la protesta cívica han sido cortados y satanizados, me atrevo a intentar en este blog un listado de los atropellos que aún subsisten en Cuba contra las féminas:
- No nos permiten fundar nuestras propias organizaciones femeninas, con las que podamos unirnos y representarnos a nosotras mismas. Grupos que no sean poleas de transmisión del gobierno hacia las ciudadanas, como tristemente ocurre con la Federación de Mujeres Cubanas.
- Cuando se habla de mujeres en los estamentos políticos, se percibe claramente que éstas no tienen un poder real de decisión sino que están allí para cumplir con cuotas o asignaciones de género.
- El ícono de la FMC –la única organización de este tipo permitida por ley- exhibe una figura con un fusil al hombro, en clara alusión a la madre como soldado, a la hembra como pieza del conflicto bélico que se cuece más arriba.
- La ausencia en la prensa nacional de un reporte  de la violencia doméstica no elimina su presencia real. Callar no sirve para detener el golpe del agresor. En las páginas de nuestros periódicos deben estar también esas historias de maltrato, porque si no ¿cómo vamos a comprender que tenemos un serio problema de agresiones silenciadas entre las paredes de tantos hogares?
- ¿Dónde va una esposa cuándo es golpeada por su marido? ¿Por qué no hay refugios o no se publica en los medios de prensa la ubicación de estos lugares de amparo para las mujeres maltratadas?
- Comprar pañales desechables es casi un lujo en esta sociedad, donde la mayoría de las recién paridas todavía tienen que emplear buena parte de su tiempo en el lavado manual de la ropa de su bebé. Toda emancipación necesita una infraestructura material de la libertad, de lo contrario se quedará sólo en las consignas y los lemas.
- El alto precio de todos aquellos productos que tienen que ver con la maternidad y el embarazo es un elemento que también influye en la baja natalidad. Una cama con colchón para bebé cuesta el equivalente a 90 USD en un país donde el salario medio mensual no supera los 20 USD.
- La manutención que el padre debe pasar a sus hijos después del divorcio -según estipula la ley- no supera en muchos casos al equivalente de 3 USD mensuales, lo cual deja a la mujer indefensa económicamente ante la crianza de sus hijos.
- Los elevadísimos precios de los alimentos con relación al salario encadenan a la mujer cubana al fogón haciendo piruetas gastronómicas para lograr poner un plato de comida sobre la mesa. Son las féminas y no el sistema político-económico las que logran cada día el milagro de que las familias cubanas coman, más o menos bien, más o menos mal.
- Después de tantos lemas sobre la emancipación y la igualdad, las mujeres cubanas nos hemos quedado con una doble jornada laboral y decenas de engorrosas tareas burocráticas. Basta salir a la calle para notar el efecto de esta sobrecarga: la mayoría de las mujeres de más de cuarenta años tienen un rostros amargado, no hacen planes de futuro, no salen con sus amigas a un bar, ni planean una escapada de la familia y del tedio.
- Cuando una mujer decide emitir críticas al gobierno inmediatamente le recuerdan que lleva falda, la acusan de amoral, infiel a su esposo, manipulada por alguna mente masculina, “prostituta”, “gallita”, “jinetera” o cuantos insultos de corte discriminatorio puedan imaginarse.
- No puede intentarse la liberación de un grupo social en específico en una sociedad atenazada por la falta de derechos. Ser mujer en la Cuba de hoy es padecer doblemente esas ausencias.
En fin, que queremos tener clítoris y derechos, sentir placer y decir nuestras opiniones, asociarnos por nuestras faldas, pero especialmente por nuestras ideas.

quinta-feira, 17 de novembro de 2011

Ambulantes o caminantes

“Quiero una rosquita con merengue”, decía el niño de uniforme rojiblanco a un vendedor que no paraba de caminar de aquí para allá. Una banda de tela ancha le baja a éste desde los hombros y sostiene la caja de madera y acrílico repleta de panetelas, bizcochos y pasteles. Tony es el dulcero más conocido del barrio. Abrió su primer kiosco de confituras hace más de una década y ha pasado por todas las etapas del emergente sector privado en Cuba: el entusiasmo, el fastidio, los números que no cuadran y hasta la devolución de la licencia. Ahora vive un nuevo renacer junto a los 346 mil trabajadores por cuenta propia que –especialmente en el último año– se hacen notar por las calles de todo el país..."

"Sin embargo, en las letras pequeñas del contrato de “vendedor ambulante” no queda claro cuánto tiempo puede permanecer Tony parado en un mismo lugar. Cada inspector interpreta a su manera la estadía permitida a estos “dulceros nómadas” en un sitio . Así que, en lo que va de mes, nuestro emprendedor de barrio ha gastado tanto en pagar multas y en regalar magdalenas a esos implacables supervisores que los altos números de su licencia anterior se le han quedado chicos. Ahora, Tony tiene una fila de niños detrás pidiéndole una rosquita aquí, una empanada de hojaldre allá, sin poder detenerse. Camina desde la calle Boyeros a la presumida avenida 26 y se pregunta por qué este sector emergente tiene que quedar atrapado entre tantos absurdos, entre tantas limitaciones. Una decisión está tomando forma en su cabeza: la de pasar a formar parte de ese 25 % de cuentapropistas que ha cancelado definitivamente su licencia..."