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segunda-feira, 21 de setembro de 2015

" ... las opiniones publicadas sobre el indulto otorgado a 3.522 presos antes de la visita del Papa Francisco...! Yoani Sánchez


La Generación Y tras las rejas

Con la publicación de la Gaceta Oficial No. 31, muchas han sido las opiniones publicadas sobre el indulto otorgado a 3.522 presos antes de la visita del papa Francisco. La mayoría de las críticas se han dirigido al hecho de que entre los beneficiados no se incluyan condenados por motivaciones políticas. Sin embargo, al repasar la relación de prisioneros a excarcelar, otro elemento salta a la vista.
Al menos 411 de los indultados llevan nombres que comienzan con “i griega”, lo que significa más de un 11 por ciento de la cifra total. Se podría asegurar que se trata de personas que tienen entre 20 y 45 años, pues desde principios de la década del setenta y hasta entrados los años noventa estuvo de moda en Cuba llamar a los hijos con la penúltima letra del abecedario. Estamos en presencia entonces de “el hombre nuevo”, ese ser que nació y creció en una sociedad que se sentía parte de la “utopía”, vivió bajo el subsidio soviético y el excesivo adoctrinamiento ideológico. ¿Cómo es posible que tanta de esa arcilla humana haya terminado tras las rejas?
¿Cómo es posible que tanta de esa arcilla humana haya terminado tras las rejas?
Carne de laboratorio social y piel de prisión, la Generación Y está muy alejada de lo que se proyectó para ella. Le ha tocado vivir un país diferente al que le prometieron, y para sobrevivir en esa jungla ha tenido que hacer todo lo contrario de lo que le enseñaron. Aunque el listado de los presos a liberar no incluye el delito por el que fue juzgado cada uno, es fácil aventurar qué llevó a muchos de esos hombres y mujeres de la utopía a terminar en una celda.
Quizás esté entre ellos Yoandis el que mató una vaca para dar de comer a su familia o Yuniesqui quien robó combustible de la empresa para revenderlo en el mercado ilegal y compensar su bajo salario. ¿Quién sabe si alguna Yordanka a la que la violencia de género le hizo tomar el camino de la venganza marital, se encuentra también en esa relación? ¿O Yusimí, la que aprendió desde pequeña en el solar donde vivía que era mejor golpear primero que golpear dos veces? De pioneritos con pañoletas de colores, pasaron a ser reos de uniforme gris; de la Cuba de los manuales de marxismo cayeron en el país real.
Una generación atrapada por las circunstancias, obligada muchas veces a delinquir, empujada otras a escapar y condenada a las pocas oportunidades. Las 411 familias de estos hijos del experimento cubano estarán por estos días aliviadas de verlos retornar, al igual que los parientes del resto de los indultados. Pero, la sociedad que encontrarán al traspasar las rejas sigue desmintiendo aquella que una vez les explicaron frente a las pizarras y en los matutinos. La cárcel ha sido parte de la alquimia social que les ha tocado.

quarta-feira, 17 de outubro de 2012

Yoani Sánchez, a blogueira cubana, tem esperança de poder viajar a partir de 14 de janeiro de 2013


            Reforma migratoria: alegrarse o conformarse

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A mi maleta se le gastaron las rueditas en cinco años de trasegar por la casa de una esquina a otra. La ropa interior que estaba guardada en el pequeño neceser perdió la tensión de los elásticos y el color se le desvaneció. Los boletos de avión que nunca utilicé se vencieron, después de posponerlos una y otra vez, para terminar en la basura. Mis amigos me despidieron en tantas ocasiones y en tantas ocasiones no me fui, que el adiós se volvió rutina. El gato hizo suyo aquel bolso de mano que jamás logró entrar en un avión y la perra mordisqueó los zapatos destinados a una gira que no pude emprender. La estampa de una “Virgen del buen Viaje”, que me regaló un amigo, tampoco resistió la prueba del tiempo y hasta el brillo de los ojos se le apagó.
Después de cinco años de exigir mi derecho a viajar fuera del país, hoy me he despertado con la noticia de un reforma migratoria. La primera impresión fue gritar un ¡hurra! en medio de la madrugada, pero a medida que avanzaba el día me percaté de las deficiencias de la nueva ley. Finalmente, ha quedado erradicado el oprobioso Permiso de Salida y la también ultrajante carta de invitación que necesitábamos para salir de nuestro propio país. Sin embargo, ahora en la propia confección y validación del pasaporte se definirá quiénes lograran franquear las fronteras nacionales y quiénes no. Aunque los costos de los trámites se abaratan e imagino que el tiempo de duración se acorta, esta no es la nueva ley de migración que estábamos aguardando. Demasiado limitada, demasiado estrecha. Pero al menos ha quedado por escrito una legalidad a partir de la cual ahora empezaremos a exigir, protestar, denunciar.
En mi caso, voy a creer –hasta el 14 de enero de 2013- que no estoy en ninguna “lista negra” y que los filtros ideológicos para salir han llegado a su fin. Rellenaré la solicitud para un nuevo pasaporte y aguardaré con esa dosis de ingenuidad que necesito para sobrevivir, para no convertirme en una apática. Allí estaré cuando abran las oficinas para decidir cuáles cubanos lograran abordar un vuelo y cuáles seguirán bajo el “encierro insular”. Y mi maleta irá a mi lado, con la ropa interior  desvaída, los zapatos que nunca estrené, y una estampa pálida de María que ya no sabe si se va o si regresa, si hay motivos para alegrarse o para conformarse.